Em Espanha ainda se fala muito da visita do Papa. Muito a favor e muito contra. E revelam-se episódios curiosos com Bento XVI ou ainda somente Joseph Ratzinger. No caso que para aqui trago, há um pretexto político. Mas isso passa-me ao lado.
No ano 2000, Joseph Ratzinger visitou o Prado. Estava tudo preparado para que admirasse as pinturas de Zurbarán y Murillo, mas o cardeal pediu para ver somente as obras de Goya, concretamente as “Pinturas Negras”, 14 pinturas que Goya fez na sua casa da Quinta del Sordo, nas margens do Manzanares, quando estava doente, por volta dos anos 1820-23.
Diz a pequena história que Joseph Ratzinger ficou fascinado com a pintura “O Cão” (“El Perro” - tem entrada na Wikipedia, aqui), que o pintor Antonio Saura diz ser “el cuadro más bello del mundo".
Deixo em espanhol o que li aqui e que me fez admirar o quadro:
“Es la obra más fascinante de Goya. La más enigmática. La más metafísica. La más difícil de descifrar!.
“Es un cuadro ateo y religioso. Esperanzador y nihilista. Muy concreto y abstracto. Sin perspectiva y con una misteriosa profundidad”.
“Habla de la soledad infinita y del vacío. Y también de la trascendencia. El perro mira algo que no podemos percibir. El animal parece interrogarse sobre alguna cosa que está más allá, sin posibilidad de obtener respuesta; sin poder formular siquiera la pregunta. Podría leerse como un cuadro zen y llegar a la conclusión de que la respuesta está en el intento imposible de la pregunta. El vacío, ese fondo ocre que no se acaba nunca, es de una intensa belleza. La pequeñez del animal remite a la inocencia primigenia de los seres vivos y la ausencia de referencias -no se sabe lo que el perro contempla y no se sabe en qué consiste ese plano oscuro e inclinado sobre el que asoma la cabeza- agranda la inquietud. Es un cuadro magnífico”.
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